Un fin de semana en tren con James Room & Weird Antiqua, Blindstone, Highlights, Los Brazos y The Statesboro Revue | GravelRoad76


Jueves 14 de mayo de 2015 en Power Records, Bilbao

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Esta vez será distinto. Por esta vez no hablaremos de uno, ni dos ni tres, sino de cuatro momentos que nos obligaron a seguir el impetuoso camino del Rock ‘n’ Roll un fin de semana no muy lejano. Bueno, para ser sinceros el fin de semana lo comenzamos el jueves 14 de mayo en un lugar carismático para seguidores y coleccionistas de música como Power Records. Paradójico. Acudimos a un lugar rebosante de música enlatada, y los oficiantes nos obsequian con la frescura del directo; una visión particular, personal, inquietante, bohemia y muy atractiva en todos los sentidos. Podríamos sintetizar todo en la palabra misterio, vocablo con un sinfín de definiciones en sí mismo, pero por más que bucees nunca encontrarás la sensación que produce la música de James Room y el concepto en el que aglutina inquietudes, tormentos y esperanzas llamado Weird Antiqua, una suerte de sonoridades crudas y evocadoras de largo recorrido (o al menos a uno así le gustaría), con un amplio espectro musical y un dramatismo interpretativo poco común. Aires fronterizos, profundidades, oscuridades, espacios siderales… Para muestra “Jailed Lion” una de las que cayeron ese día, canción premiada como mejor composición original en el portal americano indi.com. Relatos musicales que sugieren, una penetrante y lírica voz, la compañía de Gabo León con el contrabajo, Aitor Zorriketa a la guitarra, Iñigo López con las percusiones varias y coros e historias introspectivas de cantina que cautivan y mantienen en un estado de ingravidez del que resulta complicado escapar y obliga a escuchar, ver, sentir, volver a escuchar… Se presentan en formato acústico y puedo asegurar que fueron unos minutos maravillosos, donde descubres el encanto de la espontaneidad, el abrigo de canciones desnudas como “Sometimes” y atrae el megáfono solícito de “Tin Box Man”. Emocionante. Si no me crees, escúchalo. Magnético.

Viernes 15 de mayo de 2015 en Satelite T, Bilbao

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La siguiente parada tenía como destino Satélite T un viernes que nos recibía con la clásica estampa bilbaína. Sirimiri y temperaturas más bien bajas para la época, algo a lo que estamos habituados como los nórdicos Blindstone, a quienes debíamos corresponder en la visita. Indudablemente su propuesta nos agrada, pero Martin ya dejó constancia de su amabilidad y cordialidad en una previa conversación que pudimos mantener, así que la decisión tornaba casi en obligación. Nos presentamos en el local con el tiempo suficiente para saludar a los chicos, y comprobamos que en las distancias cortas la sensación de esa charla no era errónea, y efectivamente son gente cercana, sencilla y trato amable. También saludamos a amigos con los que coincidimos en los mismos lugares, tomamos algún refrigerio y cae algo para engañar al estómago mientras no crece demasiado el número de personas. El trío danés no parece despertar interés. Lástima. Quizás debido a esa floja afluencia el comienzo se demora treinta minutos, y antes de mostrar sus armas, Martin recuerda lo sucedido la madrugada anterior rindiendo un sentido homenaje a B.B. King. Devoción. Admiración. Aplausos. Ambiente tenso. Sobran las palabras, pasemos a la acción, “The Thrill Is Gone”. En el respetable se perciben rostros sorprendidos y gestos de aprobación, la guitarra de Martin suena celestial, y hasta los ecos de Walter Trout dan un enfoque diferente a una versión que demuestra que no se ha ido la emoción y siguen latentes los sonidos primigenios del blues unas veces más barrocos, otras más lozanos. Acto seguido introducen al público en su cancionero de la mano del torrente llamado “Rock Your Mojo”, la electricidad encargada esa noche para abrir la velada si no hubiera sido por la fatalidad, donde descubrimos la eficacia de las cinco cuerdas de Jesper y la solvencia rítmica del imberbe Sigurd. Si alguien en la sala no se había percatado de la insultante habilidad de Martin con las seis cuerdas, la masterclass llega a uno de los puntos álgidos cuando suena “Karma”, un tornado que atrapa cuando Martin nos lleva a la tercera fase en un solo eficaz, trepidante, prolongado, sin llegar a espolear suficientemente a un personal apetitoso e inapetente a la vez. Una mezcla extraña, lo sé, pero nunca sabremos si ha de ser la banda quien anime al personal o al revés. No obstante hemos de valorar en su justa medida a unos tipos que soltaban uno tras otro auténticos puñetazos en el mentón, recuerdos a Jimi Hendrix, Frank Marino, Journey, originales como “Keep The Rock Alive” con un bajo intrépido, capital y capitán, el epílogo explosivo con “Foxy Lady”… Guitarras cósmicas (preciosos, por cierto los modelos Dean), sobrecogedores entreactos instrumentales, psicodelia, blues e ímpetu. Estimulante.

Sábado 16 de mayo de 2015 en Plaza Solabarria, Basauri

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Al día siguiente nos apeamos en Basauri para ver el pistoletazo de salida del Festival MAZ. Sesión vespertina a cargo de dos bandas locales, dos formaciones visitadas un buen número de ocasiones. Más Highlights que Los Brazos, pero prometemos equilibrar la balanza, aunque ahora que lo pienso tenemos cercana una maravillosa cita con los primeros en las campas de Mendizabala. Si, lo hemos dicho alguna vez, pero insistimos. Este año serán, si el guion utilizado es el mismo de estos últimos, los encargados en darnos la bienvenida en Azkena Rock Festival, y os aseguro que si no habéis tenido la oportunidad de vivir la experiencia Highlights, saldréis con una gran sonrisa de oreja a oreja. La gran virtud de estos chicos radica en su autoconfianza e insultante soltura, progresando y añadiendo poco a poco algo más de tensión en su reciente trayectoria. Tan sencillo y complicado como el feeling, tan sugestivo como la calidad de un sonido que polarizan en corrientes setenteras, guitarras humeantes y sinuosos valses propios (“Last Sunset”) y ajenos (“Dancing In The Moonlight”), brillantes destellos (“Silver Queen”) y disparos certeros (“Shoot Shoot”), manteniendo siempre presentes sus héroes, la gente por la que están y sin duda continuarán en este circo del Rock ‘n’ Roll. Sergio, Miguel, Xabi y Mario son nuestros héroes.

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Tras unos minutos sube al escenario el terceto Los Brazos, otros a tener en cuenta. El boogie, la amplitud y densidad de la influencia americana, el Rock’ n’ Roll en su máxima expresión, el bajo diligente de Txemi en “Where To Go”, el cadencioso ritmo de Alberto en “Have Mercy” o la pizpireta guitarra en “The Rain”, curiosamente una de las llamadas a ser descarte en “Welcome To Los Brazos” su segundo álbum, y que por fortuna no desestimaron (William dixit). En realidad esta es una de esas bandas que por mucho que te afanes en describir, nunca conseguirás extraer todo el zumo que te gustaría. Hay que verla en directo. Ver y notar su complicidad, sentir en tus carnes cómo el pie sigue el ritmo y tu rostro se convierte en el espejo donde Txemi se mira, comprobar que aquí también contamos con virtuosos de las seis cuerdas y confirmar que el corazón siempre bombeará al oír las primeras e inconfundibles notas de “Free Bird”. Atemporal. Majestuosa. Como “Broke Down On The Brazos”, el origen, la razón, el culto, su germen. Su destino. Futuro.

Domingo 17 de mayo de 2015 en Keska Taberna, Llodio

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Arribamos a la última estación del trayecto tanto para nosotros como para The Statesboro Revue, que daban por concluido su camino hispano y culpables de una nueva visita por nuestra parte a Keska Taberna, un lugar singular, un local con encanto. Si, nos pasa como en el anterior apartado, tantas veces hemos escrito sobre ello que podemos resultar redundantes y en realidad lo somos. Los mismos clichés, parecidos análisis, y argumentos que hablan de guitarras elevadas al altar, voces divinas, bandas retadoras o pecaminosas, gentes enloquecidas… Y todo eso lo encontramos siempre que nos dirigimos a Llodio, a ese acogedor reducto donde somos tratados como familia, donde sabemos que vamos a disfrutar de eufóricos minutos, donde volveremos a fundirnos en un sincero abrazo con Xabi, un enamorado de la gente, del compañerismo, del rock, un entusiasta de la vida que un día se autoimpuso poder compartir momentos de alegría con el prójimo. Y para que la fiesta fuese completa el cielo nos concede una tregua, las nubes que nos habían acompañado durante todo el fin de semana se alejan vergonzosas permitiendo vislumbrar rayos de sol que empezábamos a creer que eran un mito. Mientras nos acercamos a Keska vemos cómo sacan de la furgoneta los bártulos y… ¡Sorpresa! La calle sería el escenario. Perfecto, maravilloso, un lujo. No pintaba mal la cosa, y nuestra ceremonia dominical podía ser uno de esos bellos recuerdos que guardas bajo llave. Había que averiguar si las nuevas incorporaciones (Travis Bishop a los teclados y Ben Hussey al bajo) se acoplaban a los hermanos Mann y Kris, debíamos sentir el cosquilleo que nos producen sus melodías y el carácter de su cancionero pero frente a frente, conocer el talante de los tejanos y reencontrarnos con varios amigos, reír, charlar, bailar, cantar… Y descubrimos que las palabras que llegaban de formación compensada y cohesionada eran ciertas. Melodías y armonías con arraigo en pantanales y polvorientos paisajes del sur, el blues, el country. Las raíces, el comienzo. ¿El concierto? Excelente. Realmente mágico, un espacio bucólico, un sonido envolvente, una colección de canciones que adquieren una óptica diferente dado el escenario y un técnico de iluminación que ese día lo tenía sencillo. Luz natural para los chicos. El público entiende el planteamiento, se sumerge en el ambiente, otorga todo el protagonismo a las canciones y mantiene un silencio casi sepulcral alterado tan sólo por los aplausos. Podríamos mencionar alguna de esos sones, pero por un día enseñamos el guion, y de esa manera tu mente puede colocarte en situación. The Statesboro Revue, Keska Taberna, sol, paz, emoción, soledad, compañía… Un tren que no deberías dejar pasar. Un tren llamado Rock n’ Roll.

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